El ambiente de trabajo y los estudios psicosociales
Escribo
estas líneas de manera abierta porque creo que hay cosas que se
deben decir públicamente por lo que puedan afectar a terceras
personas y de hecho afectan y de manera grave en muchos casos.
Frustración, desesperación, desamparo, son algunas de las
sensaciones habituales de las trabajadoras que sufren situaciones de
abuso de poder por un motivo u otro.
Estos
días he estado al corriente, como delegado de la CGT, de algunos
casos de conflictos entre trabajadores y responsables de diferentes
brigadas o departamentos y de hecho he estado en unas pocas reuniones
entre personas afectadas por actitudes reprobables de sus encargados
o responsables y los trabajadores. Las emociones han sido muy
fuertes, explicar ante personas extrañas conflictos humanos hace que
nos demos cuenta de la gravedad de nuestro caso. Yo he verificado,
una vez más, la importancia del buen ambiente de trabajo para poder
desarrollar nuestra faena (sea la que sea) en armonía.
Los
casos eran diferentes entre ellos, pero hay varios denominadores
comunes: el abuso de poder, amiguismos, cargos a dedo, ambición
personal desaforada y a veces intereses individuales opacos, cada uno
delos casos tiene una explicación, a veces evidente y otras veces
menos evidente, pero no es difícil ver en cada uno de ellos el
origen del conflicto. A no ser que nos pongamos una venda en los ojos
y no queramos ver.
Parcs
i Jardins ha fomentado desde siempre la permisividad en sus cargos de
responsabilidad. La escala de mandos ha sido muy marcada,
estableciendo diferencias importantes en cuanto a remuneración,
condiciones de trabajo, pluses, horarios, etc. Se han mantenido
personas a cargo de grandes responsabilidades que no atesoraban la
formación debida o la experiencia necesaria, y han manejado grandes
presupuestos sin el control debido. Se han abandonado servicios
propios eficientes para beneficiar empresas privadas elegidas, en
muchos casos, sin concurso público, por las recomendaciones de los
técnicos municipales. Han tenido el caldo de cultivo necesario para
comprar y vender favores. Este es el entorno perfecto para los
mediocres, para aquellos que no destacan por su profesionalidad ni
por su capacidad de trabajo, sino por desenvolverse bien en las aguas
turbias.
Los
cambios de destino para solucionar tiranteces o conflictos pueden
funcionar en algunos casos, pero en otros son muestra del poder que
tienen los mandos intermedios. Sirven para marcar paquete y dejar
claro quien manda en la brigada, en la zona o en el distrito. Esta
vía de solución de conflictos ha sido la única conocida y ha sido
usada sin pudor, pero ha generado el enquistamiento de multitud de
situaciones donde el problema es la persona que ejerce el poder sobre
los trabajadores.
No
escribo esto para hacer públicos los nombres de encargados,
conservadores o jefes de área que “yo” considero el origen de
algunos conflictos, sino para pedir que se analicen las situaciones
concretas y que se tomen las medidas necesarias para corregir
situaciones evitables. Que no se justifiquen las actitudes
reprobables y desde aquí exijo valentía y determinación en la
aclaración de las responsabilidades en cada caso. Que no se escondan
los problemas, que se reconozcan, se asuman, y se corrijan aquellas
conductas inadecuadas por el bien de los derechos humanos y del buen
ambiente de trabajo en nuestro Instituto.
Carlos Bernal