GLIFOSATO

EL GLIFOSATO Y LOS SINVERGÜENZAS

El pasado jueves 11 de febrero pudimos ver como Daniel Agrás decía en el telenotícias de BTV VESPRE que la mejor manera y la más ecológica de quitar las malas hierbas es de forma manual, también dijo que en Parcs i Jardins falta mano de obra. Lo dijo bien, de manera sencilla pero bien. Eso sí con un pié de pantalla que decía: “Daniel Agrás Comité de Empresa de CCOO de Parcs i Jardins”.

Posteriormente nos enteramos que BTV se había puesto en contacto con el Comité de empresa, a través del presidente Pepe Ruiz. Pepe en lugar de llamar a Fani Portolés que es la Coordinadora de las Delegadas de Prevención y que ha sido la persona clave en el tema y asistido a innumerables reuniones durante más de tres años que viene durando la lucha contra Monsanto y su herbicida a base de glifosato, llama a su amiguete de sindicato Daniel Agrás que no ha asistido a ninguna reunión excepto a una rueda de prensa anterior.

La sección sindical de la CGT y el Colectivo Males Herbes hemos sido los convocantes desde hace años de las movilizaciones en Barcelona contra la multinacional Monsanto y hemos promovido en el ajuntament de Barcelona, junto con otros colectivos, la prohibición de estos productos nocivos para la salud de las personas.

Diez días antes del telenoticias de BTV hubo una reunión entre la Dirección de Parques y los diferentes colectivos que reivindicaban la eliminación del Glifosato y el resto de herbicidas de las calles de Barcelona (ASIA de Ecologistas en acción, Som lo que sembrem y Malesherbes), para tratar el cómo se iba a llevar a cabo el proceso de abandono de herbicidas, pero Daniel Agrás no estuvo allí, ni ningún otro miembro del Comité, y no porque no estuvieran invitados, de hecho hay diferentes personas del Comité de empresa que están en el grupo de wasap de los colectivos anti glifosato, pero estos no estuvieron en esa reunión. De hecho no han estado en ninguna otra reunión en la que se trabajara la moción que se presentó al Ajuntament de Barcelona para la supresión de los herbicidas químicos.

Cuando este grupo de colectivos teniamos preparada la propuesta de moción, Males herbes se la expuso al Comité, y este dijo que era demasiado ambiciosa y que se podrían suprimir 6 de los 7 puntos que se exigían. Esto dejaría a los trabajadores, que habían estado expuestos al herbicida de manera continua, sin los estudios clínicos que podrían valorar los efectos del glifosato en sus organismos, prescindiendo también de que el ayuntamiento iniciara campañas de concienciación, obviando que se intentara influenciar a otros ayuntamientos del Área Metropolitana, u otros puntos del documento igualmente importantes. Ellos no apoyaron el documento completo, como tampoco lo hizo la FAVB, porque querían introducir la excepcionalidad del uso del herbicida en diferentes casos.

El Comité de Empresa no estuvo en ninguna de las reuniones de trabajo, la FAVB tampoco estuvo en ninguna. 

El 5 de mayo del año pasado el Colectivo Ronda y la sección sindical de la CGT promovieron una rueda de prensa a la que finalmente se decidió involucrar al resto del Comité. Y lo que pasó fue sorprendente. CCOO por iniciativa propia y con el apoyo de UGT, cambiaron el lugar y la fecha de la rueda de prensa. Finalmente se quedó fuera del acto el Colectivo Ronda (promotor de la iniciativa). La maniobra fue de una manipulación de lo ajeno tal que nos quedamos de pasta de boniato, pero no reaccionamos por no romper una línea de lucha que había costado mucho trabajo previo.

El oportunismo de estos personajes es vergonzoso, y vergüenza da pertenecer a un Comité que no entiende de respeto a nadie. Un Comité dominado por CCOO que acapara la Presidencia y la Secretaría ante la ausencia de iniciativas de los otros sindicatos que componen el comité, que acatan incondicionalmente los planteamientos de CCOO. Planteamientos muy conservadores y faltos de espíritu de lucha, que han ido minando las propuestas de asambleas, concentraciones, huelgas o manifestaciones que la sección sindical de la CGT ha ido haciendo. 

Para la CGT este pequeño éxito contra Monsanto y su herbicida estrella es sólo un motivo más para seguir luchando con fuerzas renovadas por los derechos de las trabajadoras, por el ecologismo urbano, por una sociedad más justa y un sistema de gestión de la administración pública más transparente, más cercano y que permita la participación de trabajadoras y vecinas en su gestión ordinaria.