dilluns, 29 de setembre del 2008

Crasa crisis.

Hoy en día, como me decía un buen amigo, la estupidez se suma al crimen. Vivimos tiempos aciagos, en los que la doble moral está a la orden del día, haciéndonos añorar aquellos tiempos en que el villano se mostraba tal cual era, sin dobleces, y teníamos muy claro quién era el causante de nuestras vicisitudes y desdichas.

Pero ahora, con unos pomposos ideales enarbolados por quienes detentan el poder, que expelen por su boca con deleznable ligereza palabras como libertad, igualdad, derechos que sobre papel tenemos todos pero que en la realidad palpable son potestad de unos cuantos ( unos cuantos cada vez menos cuantiosos) nos quedamos muchas veces con cara de póquer sin saber a quién creer, si a lo que nos transmiten o a lo que la realidad nos dice, llevándonos a un estado de esquizoide perplejidad..........Pongamos por ejemplo el pasmoso contraste entre la propuesta de la UE de ampliar la jornada horaria a 65 horas y la tan cacareada ley de igualdad de género y la ley de conciliación familiar: ¿cómo se come esto? Si por un lado se pretende que los trabajadores perdamos la jornada laboral que precisamente nos permite conciliar un poco más que nuestros padres la vida familiar, difícilmente se podrá dar esto con una jornada de 65 h que, aunque reduzcamos para poder atender a las personas dependientes a nuestro cargo, nos quedaría en una jornada bastante dilatada, con lo que el problema sería el mismo que el que hemos tenido hasta hace poco........ La única ventaja es que tendríamos un poco más de tiempo “libre” (dedicado evidentemente a los cuidados de personas dependientes al cargo) que los compañeros que hicieran jornada completa los cuales estoy seguro que se sentirían trasladados a los tiempos de la Revolución Industrial. Pero, claro, nuestra clase política nos vende un “mundo de color” con todos estos “logros sociales” que lo que realmente hacen es enmascarar el que las administraciones públicas no se responsabilizan realmente de su parte para con el pueblo, “regalando” las migajas de cuatro subvenciones poco realistas y la cesión horaria que les excusa de desarrollar unas infraestructuras y servicios ( públicos y gratuitos, por supuesto) para solventar la problemática de los cuidados.

Además, cabe decir que el realismo al abordar este tema luce por su ausencia ya que el sistema obvia el que hoy por hoy la mujer tiene la exclusiva de los cuidados, con lo cual la ley de igualdad enmascara la reafirmación del modelo de “superwoman” ( así pues todas yuppies, estupendas profesionales, amas de casa, esposas, enfermeras..... todo en una) con la cándida idea de que facilitar a la mujer la equidad a nivel laboral ya le proporciona la equidad en el resto de ámbitos de su vida.... ¡Ay señor, señor! Lo que a mi juicio debería ser es que se reconociera el valor de todos esos trabajos “no productivos” (para el empresario, claro) que aseguran el sostén del tejido socioeconómico y , por tanto, fueran retribuidos y cotizaran a la seguridad social. Eso y generar campañas efectivas y realmente educativas que fomentaran la trascendencia de los roles de género, esto es, que no se adjudicaran uno u otro papel, actividad, cualidad etc.. a las personas por el hecho de pertenecer a uno u otro sexo. Pero, claro, esto ya es ciencia-ficción.

Para más inri, dudo mucho de que hoy en día, expuestos como estamos a pagar el pato de la crisis que ha generado el capitalismo neoliberal y que se traduce en una pérdida hiperbólica de nuestro poder adquisitivo y una precariedad laboral de crecimiento exponencial ( tanto en condiciones como en estabilidad del trabajo) dudo mucho, repito, que nos podamos permitir reducciones de jornada con la consabida reducción salarial, puesto que nuestro ya exiguo salario da cada vez para menos: la lógica nos lleva a pensar ( y ya hay datos al respecto) de que cada vez más las personas echen mano del pluriempleo para llegar a fin de mes...... Y yo me pregunto ¿no será esto de la crisis una maniobra soterrada del capital para imponernos las 65 h porque no nos queden más “güevos” que asumirlas si queremos comer? Ahí queda el interrogante.


TARAXACUM