dijous, 13 de maig del 2010

LO DE BONANZA ERA UNA SERIE, DEL OESTE.


La alianza del poder económico y del político, ambos caminan de la mano, ha dictado sentencia y el fallo era el previsto: cargarse el estado del bienestar y condenar, sin paliativos, al empleado público.


La banca suspira aliviada, tampoco estaba muy nerviosa. Se cumplen sus designios y sus ingentes beneficios no se tocan. Las transacciones especulativas, la economía sumergida, los paraísos fiscales, el gasto para la guerra, la pléyade de asesores de ministerios, comunidades y ayuntamientos, las privadísimas pensiones de los banqueros, los planes de pensiones impuestos por estos y sus sindicatos afines, etc., siguen a flote, indemnes en una crisis que su codicia ha provocado.

El imperio de los ricos ha hablado por boca de Obama y Zapatero ha obedecido. El FMI aprueba el recorte, el banco mundial se regocija, los empresarios se frotan las manos y piden más, ahora a privatizar lo poco que va quedando del sector público, la orgía en la bolsa continua, y todo a costa de recortar gasto social y de agujerear los ya maltratados bolsillos de los empleados públicos, de nuevo víctimas propiciatorias de esta sin razón.

Un impuesto involucionario que se aplica al gasto social y a salarios que apenas llegan a los mil euros ya no enrojecen a Zapatero, ni al señor que se esconde detrás de una barba. Al margen de teatralizaciones mediáticas, su política es la misma: el mercado habla por boca de ambos y el mercado insiste en que la única economía viable, de cara a sus intereses, es la acumulativa; repartir, para ellos, es tirar el dinero; redistribuir la riqueza es de rojos trasnochados y lo moderno es volver a la esclavitud laboral y a la beneficencia, dentro de una suciedad donde los derechos sociales son un estorbo que hay que suprimir cuanto antes.

Ante esto, ahora, los sindicatos pactistas ponen el grito en el cielo y reciben una bofetada de realidad muy terrestre, y la ciudadanía, mientras tanto, se encuentra sorprendida, engañada y confrontada. Parados contra funcionarios, precarios contra estables y a sumar, a partir de este momento, a los pensionistas en este todos contra todos instigado, favorecido y aireado a los cuatro vientos por los sicarios del mercado que escondidos tras su maraña político-mediático-especulativa han impuesto su dictadura a la mayor parte de la ciudadanía, ahora que la democracia es solo una etiqueta, una marca blanca del capital sin ningún contenido de participación ciudadana.

No nos queda otra, o recuperamos el poder de lo social, el de clase, el valor y la ilusión por lo colectivo, la democracia real, o sucumbiremos ante la dictadura de la oligarquía económica, que no quiere otro sector público que el necesario para defender única y exclusivamente sus intereses.

Tenemos que movernos YA, y CGT da un primer paso. Sale a las calles de Madrid el próximo domingo 16 de mayo, A LAS 13 HORAS EN LA PLAZA DE CIBELES. A quienes sufren la precariedad, el paro, la reducción en el valor de sus pensiones, convenios a la baja, empleados públicos condenados a la miseria y ciudadanía en general afectada por estas injustas medidas, os convocamos a esta manifestación.

CON LA MOVILIZACIÓN SE PUEDE GANAR O PERDER, SIN ELLA SE PIERDE SIEMPRE