El calendario de obras se ha visto empujado por el dinero del plan de inversiones locales (plan Zapatero) que destinará 5 millones de euros a la rehabilitación del parque. En concreto se invertirán 3,6 millones en la reforma general del parque y la mejora de las singulares torres que se encuentran en el perímetro de la zona verde. También se prevén 1,4 millones de euros para adecuar la zona del lago, que se ha degradado mucho por la falta de agua y se ha llenado de escombros.
La futura rehabilitación integral supondrá, además de las mejoras en el arbolado, la renovación de mobiliario y de los sistemas de riego que hasta ahora se utilizan. Se pretende optimizar la red y la extensión, así como la potenciación de la red de depósitos y de la red de recogida de residuos vegetales. Otro de los objetivos es el de mejorar la conexión con el barrio de Sants y la conexión con la trama urbana del entorno.
Por lo pronto, este espacio recuperado en los inicios de la democracia continúa desangelado y el deterioro ha hecho mella en él. El gran estanque por el que antaño paseaban las pequeñas embarcaciones de recreo está vacío a causa de las restricciones que se imponen a las fuentes, por lo que la sensación de abandono que tiene el visitante es aún mayor.
El parque de la Espanya Industrial fue inaugurado en 1985 y formó parte de la transformación de antiguos recintos fabriles en grandes zonas verdes, un proceso similar sufrió el jardín de la Pegaso, que se abrió al público un año más tarde. El Ayuntamiento había adquirido los terrenos de la antigua fábrica textil, conocida popularmente como Vapor Vell en plena transición, siendo alcalde el recién desaparecido Socias Humbert. El proyecto del parque se encargó al arquitecto Luis Peña Ganchegui, que había dado clases en la ETSS de Arquitectura de Barcelona y, entre otras obras, había proyectado en 1976 la plaza del Tenis en San Sebastián, donde está el Peine del Viento de Eduardo Chillida. El nuevo parque, que tanto contrastaba con la vecina plaza dura de los PaïsosCatalans, mereció elogios por su diseño y fue galardonado por la Universidad de Harvard.
El parque aprovechó pocas instalaciones anteriores, entre ellas la Casa del Mig, convertida en centro cultural y sede de una escuela. Un elemento de referencia fue la escultura del dragón que se encuentra en uno de los accesos, al lado de la estación de Sants. Se trata de una obra de hierro de Andrés Nagel, que también necesita una rehabilitación urgente.
En 1991, el parque creció con la construcción de un polideportivo cubierto. El uso de esta instalación, con horarios hasta la medianoche, condicionó el del parque, que a diferencias de otros grandes jardines, había de permanecer abierto muchas horas. El uso nocturno trajo sensación de inseguridad (en ocasiones justificada) más deterioro del normal y, en consecuencia, quejas vecinales, que aún se dan hoy. Una de estas quejas es la insuficiencia del alumbrado, reconocida por la concejal responsable de Parcs i Jardins, Imma Mayol, que ha anunciado el proyecto de ampliar y mejorar el alumbrado.
El Plan de Actuación del Distrito para el 2008-2011 recoge como prioridad la obra de mejora del espacio ajardinado. Estos trabajos se complementarán con la cobertura de las vías y la recuperación del denominado triángulo de Sants que está comprendido por el paseo de Sant Antoni, la carretera de Sants y el propio jardín.
Publicat en la Vanguardia el 19/01/2009
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