Lunes 17 de enero
Más de 200 afiliados de la CGT esta mañana nos hemos instalado en el edificio vacio de Vía Laietana 8-10 para reclamar el patrimonio sindical propio en Barcelona, y que el propio Ministerio de Trabajo nos reconoce que tiene que darnos desde hace tres años. La gota que ha colmado el vaso para que salgamos a la calle ha sido, la pinza y el compadreo entre el Ministerio de Trabajo y CCOO que han tenido la desvergüenza de ceder todo el edificio de Vía Laietana 16-18 a CCOO.
Los Mossos nos han dicho que podíamos abandonar el edificio sin pedirnos la identificación, pero la gran mayoría hemos decidido que como nos asiste la razón, quedarnos y esperar a que se nos desalojara pacificamente.
Estamos en una sociedad BI, bipartidista PSOE-PP, bisindicalista CCOO-UGT, bifutbolista Barça-Madrid, etc, todo lo demás es extraño, raro y entre esas rarezas, esta la CGT, un sindicato en crecimiento, combativo y que no se vende que empieza a ser ejemplo para muchos trabajadores.
Seguiremos peleando hasta que el compromiso del Ministerio de Trabajo se cumpla. No se puede pretender desde la administración hacer cumplir solamente las resoluciones a CGT e incumplir sus propios compromisos o no hacer cumplir a CCOO la normativa de seguridad.
CGT de Barcelona exigimos al Ministerio que cumpla su compromiso realizado por escrito desde el 30 de Noviembre del 2007 donde se comprometió a “la adquisición de un local en Barcelona capital para su posterior cesión en uso a la Confederación General del Trabajo”. En la reunión de patrimonio sindical de 22 de diciembre del 2010 se cede la totalidad del inmueble a CCOO y vuelve a reiterarse en que “mantiene su compromiso adquirido por el Ministerio de Trabajo de facilitar a CGT un local adecuado en Barcelona para el ejercicio de sus actividades sindicales”. Sin embargo por parte del Ministerio de Trabajo durante tres años no se ha hecho ninguna propuesta a CGT.
CGT venimos denunciando desde hace años que CCOO, UGT, la patronal y la administración se están quedando con miles de metros cuadrados de locales pertenecientes al patrimonio sindical acumulado, excluyendo a otras organizaciones sindicales y sociales. Desde CGT consideramos que esta forma de actuar no promueve la pluralidad y el tejido social de la que tanto nos hablan los políticos, resultando siempre favorecidas las mismas organizaciones. Tampoco el procedimiento que se sigue de los expedientes es lo suficientemente transparente que debería de ser en una sociedad “democrática”, ya que tanto las actas como las reuniones donde se toman las decisiones de los repartos del patrimonio sindical son tratados como si fueran inaccesibles secretos de Estado.
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