Azufaifo. Poco gente habrá escuchado este nombre. Azufaifo. Suena tan bien como su preciosa denominación biológica: Zizyphus jujuba. Más conocido es su nombre en catalán: ginjoler, que tiene también una versión castellana: jinjolero. Incluso hay un refrán en catalán cuando a un niño espabilado se le compara con su fruto pequeñito, sabroso, vitamínico y juguetón: més eixerit que un ginjol. Pero los jínjoles o azufaifos que a finales de verano empezarán a caer de este gran árbol arrinconado en la calle de Arimon, en pleno corazón de Sant Gervasi de Cassoles, comienzan a tener un sabor amargo. Puede ser su último verano, después de haber permanecido entre 150 y 200 años -su edad calculada por biólogos- en este cruce de calles estrechas y demasiadas transitadas por coches.
Hace cuatro años, en la primavera del 2007, los vecinos defensores de uno de los poquísimos oasis verdes en esta zona alta, un oasis minúsculo y semiabandonado con también dos naranjos y un olivo, creían haber salvado su azufaifo de una muerte anunciada al lograr su catalogación. «Antes había una casita, y esto era el jardín. Desde que la derribaran en el 2007, el sitio estaba vallado pero no se hacía ninguna obra. El árbol estaba bien así», me cuentan Isabel Lacruz y la escritora Isabel Núñez, dos de las férreas defensoras de un árbol que, por su escasez, es casi un monumento en Barcelona, en toda Catalunya incluso.
Partirle las raíces
3 Según el experto Xavier Argimon, en la ciudad solo hay dos de este tamaño -el de Sant Gervasi mide unos 12 metros-: el otro está campando a sus anchas en los jardines Joan Maragall en Montjuïc. En el 2002 plantaron un jinjolero pequeñito en la reformada plaza de Joaquim Xirau, al lado de la Rambla, pero en su maceta el pobre apenas ha crecido. Y en Catalunya solo consta un azufaifo más, el ginjoler de Can Mató en Regencós (Baix Empordà). Nada más.
Ahora, estos vecinos de Sant Gervasi alertan de que dentro de año y medio esta preciosidad en pleno barrio habrá muerto si siguen las obras municipales que se ejecutan al lado. Donde había la casita, se levantará un pequeño centro social. Pero como está previsto un subterráneo, se partirán por completo las raíces del azufaifo, que por bicentenarias y fuertes se extienden más de 50 metros más allá, hacia la también por obras castigada plaza de Folguera, donde desaparecieron ya los almeces.
Se llevaron un buen susto cuando vieron aparecer la maquinaria la semana pasada. Tras verse este martes al mediodía debajo del árbol, los vecinos presentan un escrito al ayuntamiento en el que piden una moratoria y nuevos estudios. «¿Por qué no han querido hacer aquí un pequeño espacio verde, que casi no tenemos?», se preguntan las dos Isabel, que ya saben más del azufaifo que el técnico de Parques y Jardines que en su informe solo mencionó un ordinario serbal común y omitió el jinjolero excepcional. Encima confundió los naranjos con limoneros.
Publicat per Edwin Winkels en El Periódico
2 comentaris:
Gracias por haceros eco de nuestra batalla por salvar la vida del ginjoler de la calle Arimon. Dos precisiones:
1) El anunciado centro de servicios sociales no es tal sino un edificio de oficinas, que pueden ubicarse en cualquier otro solar del barrio, sin matar un árbol histórico, por ejemplo en un enorme y desaprovechado terreno municipal sito en calle Ciudad de Balaguer, entre Bigai y Maó, a 200m del modestísimo solar de 30 x 10 metros de tierra que necesita el azufaifo para sobrevivir y que reclamamos 1400 vecinos por escrito, sin haber recibido JAMÁS RESPUESTA DEL AYUNTAMIENTO.
2) Quien esta semana ha informado al Ayuntamiento diciendo que el azufaifo no está en peligro con las obras en curso es el Cap de Espai Verd, el mismo que en 2007firmó el Informe Técnico con el error garrafal de confundir el azufaifo (ginjoler) con un serbal común ( moixera) dando vía libre a un constructor. NO TIENE CRÉDITO, NADIE SE FÍA DE ESTA OPINIÓN. En fecha 07/07/11 hemos presentado escrito ante el nuevo Alcalde exigiendo el cese inmediato de las obras hasta tanto se reúna una comisión de expertos independientes. SEGUIMOS LA LUCHA VECINAL
Sin entrar en valoraciones personales sobre cuál sería el mejor destino para ese terreno, tengo que confirmar, como trabajadora de servicios sociales que ha visto los planos, que sí se está construyendo un centro de servicios sociales.
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