Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Esta máxima es la que parece que aplicaron los operarios de Parcs i Jardins cuando motocultor en mano arrasaron un jardín de estilo romántico situado en torno al recinto fabril de Can Framis, en el 22@. Una zona verde, candidata a un premio de paisajismo y finalista de galardones de arquitectura internacional, que fue inaugurada el pasado mes de noviembre y ha durado poco, muy poco.
El instituto municipal explica que el parque es difícil y caro de mantener porque siempre estaba cubierto de malas hierbas. Lo cierto, es que no era un jardín normal. Una rara avis en el que predominaba la hiedra que tapizaba toda la superficie y las flores de diferentes colores. El objetivo era crear un espacio "muy natural". "Un trozo de campo en medio de la ciudad, en su parte más tecnificada y moderna", en palabras del arquitecto Jordi Badia, coautor junto a Martí Franch del diseño del parque. La actuación de la empresa municipal ha enojado al equipo de arquitectos, no sólo por la "falta de sensibilidad", sino también por "el dispendio económico que supone segar la vegetación para después arrasarlo", explica Jordi Badia. Por fortuna, los álamos blancos, los árboles diseminados por todo el jardín continúan en pie.
El parque, que rodea la Fundació Vila Casas, se proyectó en dos fases. Una primera que se entregó a Parcs i Jardins a finales del año pasado, momento en el que la empresa municipal empezó a hacerse cargo de su mantenimiento. Y una segunda que está a punto de finalizar en breve. El presupuesto de toda la actuación que corrió a cargo de la asociación de promotores del sector audiovisual fue de un millón de euros. Mientras que el coste de la vegetación, en este caso los bulbos, las plantas herbáceas, la hiedra y los árboles, ascendió a 300.000 euros.
El jardín tiene una orografía singular. El edificio de la Fundació Vila Casas se encuentra deprimido un metro y medio respecto a la trama urbana del 22@. Esto provoca que la zona verde tenga bastantes desniveles que se taparon con hiedra para que cubriera toda la superficie y trepara por los álamos blancos. A cierta profundidad, se plantaron bulbos de flores con la idea de que florecieran en diferentes épocas del año y que aportaran colorido a todo el parque. "Cada semana las flores eran distintas y de diferente color", dice Badia.
Hace una semana operarios de Parcs i Jardins arrancaron toda la hiedra y, según el arquitecto, acabaron con la mayor parte de los bulbos de flores con el objetivo de sustituirlos por hidrosiembra, una especie de césped. "¿Hay algo más barato y sostenible de mantener que la hiedra?", se pregunta Badia. Un portavoz de la empresa municipal explicó a La Vanguardia que desde un principio el jardín había dado muchos problemas de mantenimiento. "Cuando lo recepcionamos no estaba en buen estado. Hemos intentado conservarlo, pero ha sido muy complicado", aseguró este portavoz. En este sentido, explicó que la hiedra no llegó nunca a brotar y cubrir, como estaba previsto, la superficie del terreno, lo que facilitó que pronto apareciesen las malas hierbas que periódicamente se debían arrancar.
La semana pasada se celebró una reunión entre el equipo de arquitectos, responsables del 22@ y Parcs i Jardins para intentar buscar una solución y decidir qué se puede hacer ahora con esta zona desolada. Lo cierto, es que según Badia, ahora corresponde a la empresa municipal arreglar y pagar este desaguisado. Una solución que ya se está buscando. No se quiere dejar la zona tal y como está ahora, coinciden en señalar en Parcs i Jardins. Otra de la causas por las que se decidió arrancar la vegetación viene motivada por el excesivo coste económico que supone el mantenimiento de este jardín. El distrito de Sant Martí cuenta con dos parques singulares por su vegetación y su superficie: el de Diagonal Mar y el de Poblenou. Según Parcs i Jardins, el jardín de Can Framis, mucho más pequeño, suponía una inversión en mantenimiento igual que la de una de estas dos enormes zonas verdes"
Esta mismo portavoz aseguró que los bulbos siguen plantados y que los operarios sólo arrancaron la hiedra. Asimismo, se aseguró que el distrito recibió muchas quejas de vecinos que denunciaban que el jardín estaba en mal estado y cubierto por malas hierbas que ofrecían una imagen deplorable. Por eso, se vieron obligados a actuar después de intentar desde hace meses salvar el parque. Consideraron, eso sí, que cometieron un error al no comunicar la decisión de arrancar parte de la vegetación a los arquitectos.
Article publicat per Silvia Angulo en la La Vanguardía
Altres informacions sobre el jardí
El instituto municipal explica que el parque es difícil y caro de mantener porque siempre estaba cubierto de malas hierbas. Lo cierto, es que no era un jardín normal. Una rara avis en el que predominaba la hiedra que tapizaba toda la superficie y las flores de diferentes colores. El objetivo era crear un espacio "muy natural". "Un trozo de campo en medio de la ciudad, en su parte más tecnificada y moderna", en palabras del arquitecto Jordi Badia, coautor junto a Martí Franch del diseño del parque. La actuación de la empresa municipal ha enojado al equipo de arquitectos, no sólo por la "falta de sensibilidad", sino también por "el dispendio económico que supone segar la vegetación para después arrasarlo", explica Jordi Badia. Por fortuna, los álamos blancos, los árboles diseminados por todo el jardín continúan en pie.
El parque, que rodea la Fundació Vila Casas, se proyectó en dos fases. Una primera que se entregó a Parcs i Jardins a finales del año pasado, momento en el que la empresa municipal empezó a hacerse cargo de su mantenimiento. Y una segunda que está a punto de finalizar en breve. El presupuesto de toda la actuación que corrió a cargo de la asociación de promotores del sector audiovisual fue de un millón de euros. Mientras que el coste de la vegetación, en este caso los bulbos, las plantas herbáceas, la hiedra y los árboles, ascendió a 300.000 euros.
El jardín tiene una orografía singular. El edificio de la Fundació Vila Casas se encuentra deprimido un metro y medio respecto a la trama urbana del 22@. Esto provoca que la zona verde tenga bastantes desniveles que se taparon con hiedra para que cubriera toda la superficie y trepara por los álamos blancos. A cierta profundidad, se plantaron bulbos de flores con la idea de que florecieran en diferentes épocas del año y que aportaran colorido a todo el parque. "Cada semana las flores eran distintas y de diferente color", dice Badia.
Hace una semana operarios de Parcs i Jardins arrancaron toda la hiedra y, según el arquitecto, acabaron con la mayor parte de los bulbos de flores con el objetivo de sustituirlos por hidrosiembra, una especie de césped. "¿Hay algo más barato y sostenible de mantener que la hiedra?", se pregunta Badia. Un portavoz de la empresa municipal explicó a La Vanguardia que desde un principio el jardín había dado muchos problemas de mantenimiento. "Cuando lo recepcionamos no estaba en buen estado. Hemos intentado conservarlo, pero ha sido muy complicado", aseguró este portavoz. En este sentido, explicó que la hiedra no llegó nunca a brotar y cubrir, como estaba previsto, la superficie del terreno, lo que facilitó que pronto apareciesen las malas hierbas que periódicamente se debían arrancar.
La semana pasada se celebró una reunión entre el equipo de arquitectos, responsables del 22@ y Parcs i Jardins para intentar buscar una solución y decidir qué se puede hacer ahora con esta zona desolada. Lo cierto, es que según Badia, ahora corresponde a la empresa municipal arreglar y pagar este desaguisado. Una solución que ya se está buscando. No se quiere dejar la zona tal y como está ahora, coinciden en señalar en Parcs i Jardins. Otra de la causas por las que se decidió arrancar la vegetación viene motivada por el excesivo coste económico que supone el mantenimiento de este jardín. El distrito de Sant Martí cuenta con dos parques singulares por su vegetación y su superficie: el de Diagonal Mar y el de Poblenou. Según Parcs i Jardins, el jardín de Can Framis, mucho más pequeño, suponía una inversión en mantenimiento igual que la de una de estas dos enormes zonas verdes"
Esta mismo portavoz aseguró que los bulbos siguen plantados y que los operarios sólo arrancaron la hiedra. Asimismo, se aseguró que el distrito recibió muchas quejas de vecinos que denunciaban que el jardín estaba en mal estado y cubierto por malas hierbas que ofrecían una imagen deplorable. Por eso, se vieron obligados a actuar después de intentar desde hace meses salvar el parque. Consideraron, eso sí, que cometieron un error al no comunicar la decisión de arrancar parte de la vegetación a los arquitectos.
Article publicat per Silvia Angulo en la La Vanguardía
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