Ecologistas en Acción, a diferencia de muchos medios de comunicación y partidos políticos, considera que el Gobierno está siguiendo una política económica definida. Una política que es justo la contraria de la que debería poner en marcha para acercarnos a la sostenibilidad.
Las medidas anunciadas recientemente, como el aumento de la edad de jubilación y su recorte, la reducción presupuestaria en 50.000 euros, o el plan de ajuste del gasto público para meterlo dentro de los parámetros del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE, están encaminadas única y exclusivamente a aumentar la credibilidad del Estado español en los mercados internacionales mostrando el marcado carácter neoliberal de la economía española.
Estas medidas se encuentran en consonancia con otras tomadas también por este Ejecutivo. Una de ellas es la decisión de no aumentar la tributación de las SICAV, espacios financieros sin apenas impuestos a través de los cuales los grandes capitales especulan en bolsa, mientras se incrementa el IVA. Es decir, que en lugar de gravar a la población más pudiente, se opta por hacerlo a toda, recayendo un mayor esfuerzo porcentual en la que más problemas económicos tiene.
Otra de las políticas emprendidas por este Gobierno en el mismo sentido, es el inicio de la privatización de lo poco público que queda, especialmente AENA, el 20% de Red Eléctrica o el transporte de mercancías de Renfe. Lo que supone nuevamente una transferencia de la riqueza pública a manos privadas con la excusa de reducir el déficit.
El Gobierno del PSOE ha puesto en marcha las SOCIMI, que son sociedades cuya actividad principal es la inversión, directa o indirecta, en activos inmobiliarios de alquiler. Nacen con el objetivo declarado de ofrecer al inversor una rentabilidad estable. Es decir, que buscan mantener la especulación del mercado inmobiliario en bolsa, ahora con el alquiler.
La economía española se juega mucho, no en vano hasta antes de la crisis era el segundo atractor mundial de capitales del mundo, después de EEUU, con casi el 10% del total de lo invertido. Esto fue posible gracias a la enorme burbuja urbanística que se produjo aquí, acompañada de la exuberancia de las bolsas. Esto fue lo que permitió enjuagar el déficit español y que las transnacionales españolas hayan conseguido el capital necesario para expoliar el mundo.
Estas medidas están teniendo como consecuencia tres aspectos fundamentales: El primero es que la factura de la crisis económica la están pagando las clases más desfavorecidas. El segundo es que la salida de la crisis se pretende hacer en base a continuar con el mismo patrón de especulación financiera que nos ha llevado a ella. El tercero es que todo ello está redundando en una mayor destrucción del entorno, como consecuencia de la obsesión del Gobierno por el crecimiento a costa de lo que sea.
En todo caso, para más información sobre las medidas, sus impactos y su objetivo, consultar el Financial Times.
Ecologistas en Acción considera que el Gobierno está defendiendo los intereses de las clases más pudientes frente a las que le eligieron. Para esta organización, una salida de la crisis desde parámetros de justicia social y ambiental sólo puede ser avanzando hacia un cambio de sistema que centre la economía en los procesos productivos y no en los financieros, huya de la necesidad del crecimiento (con el consumo consecuente y creciente de recursos y energía), genere empleos en trabajos centrados en el cuidado de la vida, y plantee que la economía esté al servicio de las personas y en paz con el planeta.
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